En 1975, La Fundidora Monterrey, S.A., puso en marcha su tercer y último plan de expansión; este plan consistió en la instalación de una Planta Peletizadora, la modernización del Horno Alto No. 3 y la construcción de la Acería al Oxígeno B.O.F., entre otros departamentos. Las medidas que Fundidora Monterrey, S.A., tomó desde el inicio del proyecto fueron las de controlar y disminuir la contaminación atmosférica. La fábrica tuvo la necesidad de contar con modernas instalaciones para aumentar la producción del acero, y tales proyectos (como el Horno Alto y la Peletizadora) provocaron que los vecinos resintieran los efectos contaminantes de la Peletizadora, que despedía grandes cantidades de polvo y afectaba considerablemente las casas, los automóviles, las plantas verdes, los muebles, etc. El problema ambiental tuvo su punto crítico en la colonia Obrera, localizada al poniente de la fábrica, y dada su cercanía, fue la colonia que más padeció los estragos del polvo emitido por la Peletizadora. El señor Laureano Ortiz, miembro activo del Comité de protestas y vecino de la colonia Obrera, comentó lo siguiente para un periódico de la localidad: “No queremos desatar violencia, sólo hacer conciencia a la comunidad del daño que éste polvo nos está haciendo y que ya no soportamos. […] El descontento es general, éste polvo está devaluando nuestras propiedades porque ¿quién va a querer vivir en ésta colonia con éste polvo? […] Desde que instalaron la Peletizadora en Fundidora estamos sufriendo este malestar, no pensaron o no planearon éste departamento pues lo instalaron a 30 metros de una escuela y a 70 metros de la colonia.” Una de las propuestas de Fundidora para combatir la contaminación fue la de construir una tolva para evitar que el polvo de óxido de hierro causara molestias a los vecinos que habitaban en los alrededores de la empresa, y otra propuesta consistía en que el proceso a que era sometido dicho material se hiciera en Durango y no en Monterrey. Lo anterior forma parte de las declaraciones que el Dr. Eduardo Aguirre Cossío (Jefe de Saneamiento de Salud Pública en ese año), hizo para el Periódico “El Norte”. Fueron muchas las manifestaciones en contra de Fundidora, y una de ellas fue la carta que un vecino de la colonia Obrera envió al periódico El Norte en mayo de 1978. En dicha carta se percibe su molestia ante tal situación y plantea sus propuestas para solucionar el problema del polvo. Decía el vecino: “No esperen a que un laboratorio dictamine si es o no tóxico el polvo que nos están endilgando, dense una vueltecita por nuestros hogares para que vean cómo están quedando nuestras plantas y nuestros árboles que antes del problema que nos ocupa eran verdes y florecientes. Como si con esto la madre naturaleza ya nos estuviera enviando un S.O.S.” . En un informe emitido por Fundidora Monterrey, S.A. el 5 de Mayo de 1983 se publicó lo siguiente, sobre la contaminación: “A partir de 1978, vecinos de varias colonias de Monterrey, funcionarios de los Servicios Coordinados de Salud Pública, investigadores universitarios y hasta el gobernador, se han ocupado, en diversos tonos y muy frecuentemente, de un problema central: la contaminación que provoca la Peletizadora de Fundidora Monterrey. El problema, magnificado por los medios de difusión local, a través de entrevistas con vecinos de la colonia Obrera, Obispado, entre otras, ha provocado que la imagen de la empresa se haya deteriorado considerablemente ante los ojos de la población, a grado tal de que se identifica a Fundidora como la empresa que contamina a la ciudad con la emisión de polvos y humos y no por su aportación a la riqueza nacional. En los últimos cinco años, ríos de tinta y decenas de páginas se han empleado para apuntalar a la Peletizadora como uno de los peores focos contaminantes de Monterrey. Para los diarios locales el resto de la industria no existe, al menos en este renglón. Según las informaciones publicadas desde 1978, un total de cuatro directores de los Servicios Coordinados de Salud Pública se han ocupado de la contaminación que genera la Peletizadora y los consecuentes daños a la salud de miles de regiomontanos, sin embargo no se ha aplicado una solución definitiva. Hasta el Gobernador, en su segundo informe, se ocupó de la contaminación de Fundidora y habló de la necesidad de proteger la salud de los habitantes, como un derecho fundamental e irrenunciable. Un esbozo somero de las informaciones periodísticas, de 1978 a la fecha, explicará por sí solo los problemas y críticas que ha enfrentado Fundidora por culpa de la polución que expide la Peletizadora. Las críticas, primero especializadas y tenues, empezaron a cobrar fuerza en mayo de 1978. El periódico EL NORTE, el más influyente y de mayor circulación en la ciudad, encabezó la campaña contra Fundidora. En su edición del jueves cuatro de mayo “cabeceó” una noticia –que después sería común en los demás medios- : FUNDIDORA CONTAMINA [...] En los últimos meses, la prensa local se ha ocupado esporádicamente del problema de la contaminación de Fundidora, sin embargo esta permanece como un recordatorio para en cualquier momento desatar campañas en contra de la empresa.” El 9 de Mayo de 1986, Fundidora Monterrey fue declarada en quiebra, y con ello también terminaron los problemas de contaminación que originaron las protestas de vecinos. “En las protestas, -explicó Imelda Fraustro de Díaz- nunca pedimos el cierre de Fundidora, puesto que la contaminación por polvos la provocaba la Peletizadora, que se instaló hace 10 o 12 años, sino que se utilizaran los sistemas anticontaminantes necesarios”. La inconformidad de los vecinos de Fundidora no tuvo una influencia directa en el cierre de Fundidora, a pesar de que protestaban por erradicar el polvo de la Peletizadora; realmente no solicitaban el cierre de una importante fuente de trabajo como Fundidora Monterrey, S.A. | ||||||||
jueves, 20 de marzo de 2014
LA FUNDIDORA MONTERREY Y LA CONTAMINACION AMBIENTAL.
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Era un producto muy indispensable en la elaboración del cemento; desafortunadamente , nunca hubo acercamientos con ellos y trabajar juntos en el manejo de este óxido
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